Hoy en día las personas buscan subrayar su individualidad personalizando su entorno, es decir, manifestando su creatividad con el fin de imprimirle a todo lo que hacen su propia originalidad, y esto hace que la vida sea divertida e interesante, porque todos somos distintos, podremos tener coincidencias en gustos e intereses, pero al fin de cuentas, las diferencias nos enriquecen.
Hace un par de meses una amiga me pidió que la ayudara a personalizar algunas libretas, y juntas nos pusimos manos a la obra, sacamos el cajón de los recortes, elegimos papeles de diversos colores y estampados, encajes, listones, botones y otros objetos adheribles que podrían ayudarnos a darle un toque especial.
Pusimos un poco de música para acompañarnos mientras nuestras manos trabajaban, y así, platicando, riendo y disfrutando de algunos dulcecillos se nos fue la tarde, pues cuando se hace algo con gusto el tiempo se pasa volando.
Días después, mi amiga salió de vacaciones rumbo a España, y durante su viaje utilizo una de sus libretas personalizadas como agenda y anecdotario, es decir, siempre la traía a la mano para anotar esas ideas que aparecen como flashazos y no queremos olvidar, una dirección, un teléfono, una cita, y hasta una receta, un consejo, o un frase memorable que nos encontramos por ahí, entre otras muchas cosas.
Incluso en más de una ocasión, fue un buen pretexto para iniciar alguna conversación; además de bonita, agradable y práctica, su libretita se estaba volviendo indispensable, y en ella fue acumulando tal cantidad de información valiosa durante su viaje (especialmente los datos de sus nuevos amigos) que, para mi amiga, perderla habría sido toda una catástrofe.
Sin embargo, a pesar de su aprecio por su singular libreta, durante un paseo por la Ciudadela de Menorca, una de las hermosas Islas Baleares del Mediterráneo que mi querida amiga estaba visitando, la dejo sin querer en el asiento trasero de un auto de alquiler.
Lo curioso del asunto es que, al ser un objeto tan original, el conductor del taxi que transporto a mi amiga en sus paseos, la identifico, y como tenía anotado su número de celular en la portada interior, pudo contactarla y ponerse de acuerdo con ella para hacérsela llegar a través de la oficina del alquiler coches aeropuerto Menorca, donde fueron muy amables en ayudarla para recuperar su amado tesoro.
Moraleja. – Siempre que se pueda, vale la pena darle un toque personal a nuestras cosas y espacios, pero no hay que olvidar...
Ponerles nuestros datos de contacto ¡eh!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradezco su comentario, para quienes escribimos en un blog siempre es grato recibir la retroalimentación de quien nos lee.