Esta mañana recibí un hermoso regalo ya que mi hija,
para despertarme, me hizo sus tradicionales "caricias" (masajitos en
las orejas). Curiosamente, ayer por la noche escuché en la radio que las
caricias son el alimento de nuestra vida emocional y afectiva, además de
demostrar con ellas nuestra aceptación a los que nos rodean.
Pueden ser físicas, verbales, gestuales o escritas y
que muchas veces no las reconocemos ni nos damos cuenta cuántas recibimos, de
qué personas y a quienes las ofrecemos. Así que les propongo estar muy atentos a las caricias,
agradeciendo las que recibamos y regalando todas las que podamos!!!
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